Soy la mayor de una familia de cinco hijos, somos dos mujeres y tres hombres y vengo de una familia muy religiosa de Antioquia. Fui la primera en convertirse al Señor lo cual fue muy difícil ya que mi familia era muy religiosa. Dios me rescató a la edad de 17 años cuando me encontraba terminando el bachillerato, edad muy difícil en donde quieres llevarte el mundo por delante pero la realidad es que el mundo te quiere devorar. Tenía muchos conflictos sin resolver pero Dios estuvo allí para ayudarme a resolverlos.
Fueron días preciosos y llegué a una iglesia en donde fui conociendo más y más de Dios. Desde entonces Dios me llamó al ministerio, pero era muy rebelde y no quería asumir esa responsabilidad. Mas tarde acepté el reto de ser maestra de los niños de mi iglesia y luego de grupos familiares, fue una experiencia maravillosa ver como los niños llegaban a Dios, pero siempre seguía con la inquietud que debería haber algo mas que me ayudara para el trabajo con los niños.
Me decidí y entré a estudiar al Seminario de Medellín donde viví con toda mi familia. Fue hasta el año 1989 cuando conocí de Apen, y me impactó muchísimo su pedagogía y las valiosas herramientas que ofrecía para trabajar con los niños.
Me dediqué a estudiar con ellos en talleres, seminarios y luego hice ECEN I y II . Dios iba respaldando mi compromiso y fue entonces cuando APEN decide llamarme para que me formara como Instructora y me entrené en el primer y segundo nivel.
En el año 2.000 Dios abrió las puertas para que viajara a Brasil a estudiar en el INSTITUTO INTERNACIONAL DE LIDERANZA DE APEC. Fue una experiencia que marcó mi vida y desde el año 2001 estoy trabajando a tiempo completo en APEN.
En el 2001 deciden trasladarme a la ciudad de Cali en donde resido desde entonces trabajando arduamente por la niñez de Colombia.
Durante todos estos ocho años he visto como Dios me ha sustentado cada día. El trabajo no ha sido fácil pero Dios me ha prometido que no me dejará ni me desamparará por ello sigo adelante confiada en su fidelidad tanto para mi vida personal como también la ministerial.
La Palabra de Dios dice: "La mies es mucha mas los obreros pocos; rogad pues al Señor de la mies, para que envié obreros a su mies” Mateo 9:37-38
¡Cuanta necesidad hay de hombres y mujeres motivad@s y preparad@s para llevar a cabo la misión encomendada por nuestro Señor! ¡que cantidad de niños y niñas hay en el mundo que no tienen quien los lleve a los pies del Salvador y los guíe en su desarrollo espiritual!
¡La tarea de preparar personas para trabajar en el ministerio de la niñez es tan importante, como la de la oración para que Dios levante maestros conforme a su corazón.
Doy gracias a:
- Mis padres y familia que siempre me han apoyado espiritualmente, emocionalmente y económicamente a través de la distancia.
Tengo la certeza que Dios les recompensará:
Con sus bendiciones, 2 Corintios 9:7. Y también con el gozo que Dios da en los resultados del ministerio.
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